La hija de las palabras
Desde pequeña me he dejado cautivar por la sonoridad de las palabras, su versatilidad y significados. Con el tiempo descubrí que el lenguaje produce realidad, no al revés, por lo que comencé a crear «mundos». Primero a través de la poesía, luego del microrrelato, que también tiene su vena poética.
Me hice filóloga porque quise sumergirme más en la dimensión lingüística, semántica y literaria, navegar el río donde otros antes lo hicieron. ¿Influencias? Muchas: Borges, Cortázar, Ramos Sucre, García Márquez, Montejo, Quiroga, Lispector, Lorca, Rulfo… incontables en realidad.
Seguir a Gianni Rodari fue una aventura lúdica que produjo varios cuentos infantiles galardonados: el concurso de cuento infantil no sexista Repem (Uruguay) seleccionó Una raya en la pared para su antología, y el concurso de cuentos infantiles de la biblioteca Esteban Adrogué otorgó mención a No todos los trajes bailan. Ser finalista en otros concursos me fue animando a continuar.
La literatura de ficción llena mi vida, no concibo el oficio sin creación, así que trato de huir de los referentes y los tópicos. Ciencia ficción, recreaciones fabuladas, especulación literaria, fantasía y terror. Cual demiurga, he configurado criaturas y situaciones «raras» en mis relatos. Quizá son herederas de obsesiones.
Gente de signos, ahora libro electrónico de ficción, reúne más de 15 años de trabajo reflexivo y lúdico del lenguaje. Muchos colegas escritores reconocen aquí los gajes del oficio creador. Unos tantos lectores se sienten fascinados por la rareza de mis historias.
Este ebook de ficción recibió mención honorífica única en la bienal José Antonio Ramos Sucre del año 2011.